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La falda escocesa se reinventa de forma sorprendente. Del estilo más clásico al que estamos viendo por las calles, así se lleva esta tendencia en el otoño-invierno 2024 La tradición se compone de valores y símbolos cargados de significado que se transmiten de generación en generación. Implícitamente, representa algo clásico, inmutable, algo que no cambia: es la herencia sociocultural , reconocible a lo largo de los años, más allá de tendencias pasajeras.

Es algo que ourre en todos los ámbitos, incluso en la moda. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando se descontextualiza la tradición? Que se crea algo nuevo, a menudo desestabilizador. Y los diseñadores, en ese camino, expresan mejor su potencial innovador y su creatividad.



Entre muchas otras prendas (prestadas, reconcebidas, descontextualizadas) está la falda escocesa: cargada de historia, no apareció tal como la conocemos hasta el siglo XVIII. Punk (con Vivienne Westwood ), sostenible (con Chopova Lowena ), lujosa (en Burberry )..

. En la calle, la moda brilla con nuevas visiones de la falda de tartán, lo que no deja de ser paradójico si pensamos que el dicho británico “ it's a kilt, not a skirt ” ("es tartán, no una falda"). Pero ojo: en su versión moderna sí que lo es.

De hecho, si nos remontamos a sus orígenes, la falda escocesa no era una falda, sino un paño de lana con un estampado de tartán de hasta 5 metros de largo que, una vez doblado como es debido, se abrochaba con unos corchetes y se ceñía con un cinturón. Cuenta la leyenda que la tela era tan impresionante que, para ponérsela, había que colocarla en el suelo y tumbarse encima. Más adelante esa tela se simplificó, se redujo y se cosió , convirtiéndose así en una falda propiamente dicha.

Con todo, su principal seña de identidad no es su patrón, sino el estampado de cuadros, cuyos colores indicaban la pertenencia a un clan escocés concreto . Hoy ese simbolismo mantiene un gran valor en Escocia, pero en la moda este se ha perdido para convertirse en una prenda emblemática del guardarropa: clásica en su versión tradicional y contemporánea cuando se reinterpreta con nuevos cortes o tejidos; por ejemplo, Chopova Lowena propone llevarla con cinturones de cuero vintage. Pero es Daniel Lee, en Burberry, quien nos muestra la versión más exquisita de la falda escocesa contemporánea: el diseñador se ha empapado de historia para diseñar una versión extrema, larguísima y muy ligera, adecuada incluso para la alfombra roja.

Jennifer Lopez ha lucido el look 3 del desfile de otoño-invierno 2024-2025 de la firma, pero hay muchas otras declinaciones: en verde bosque (también propuesto en una versión plisada muy ligera) o con sus tradicionales cuadros en los colores de moda. Las firmas invitan a llevar la falda de cuadros más allá de la Navidad: el tartán se convierte en un estampado alternativo a los lunares, las rayas o las flores, y para todas las estaciones del año, lo cual quizás sea un síntoma del cambio climático , que mezcla unas circunstancias metereológicas con otras y nos hace experimentar las cuatro estaciones en la misma semana. Una vez más, la moda no solo nos ofrece nuevos estilismos y propuestas creativas, sino que se convierte en una mirada al mundo y un detonante para reflexionar sobre él.

Falda escocesa: los modelos del otoño invierno 2024 2025 Este artículo se publicó originalmente en Vogue. Traducción y adaptación: Carmen Cocina. SUSCRÍBETE a nuestra newsletter para recibir todas las novedades en moda, belleza y estilo de vida.

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